
20 Ene La experiencia de 8 emprendedores andaluces por Italia
La diferencia entre trabajar por cuenta ajena o como autónomo es bastante grande. Todos podemos hacernos una idea, más o menos, de qué es eso de tener que cumplir con un horario y la responsabilidad de un puesto de trabajo; o ser independiente y trabajar por cuenta propia. Son muchos los aspectos positivos y negativos de ambas formas de estar empleado. Durante mi época de emprendedor puede comprobar la libertar de ser autónomo y lo difícil que es gestionar esa independencia si queremos sobrevivir en el mercado.
Pero ser autónomo es lo que te permite vivir experiencias como la que me brindó Andalucía Emprende, una institución de la Junta de Andalucía que apoya a emprendedores. Fui seleccionado, junto a ocho emprendedores andaluces, para viajar hasta Italia del 4 al 8 de junio de 2012. La convocatoria se denominaba ‘Visitas Emprendedoras en Grupo’. Una iniciativa cofinanciada en su totalidad por el Fondo Social Europeo y el Servicio Andaluz de Empleo, dentro del programa EMPLOJET, que tenía el objetivo de apoyar a las personas que decidían emprender en sectores estratégicos y de base tecnológica.
Y tras rellenar muchos formularios y datos sobre mi proyecto, la mañana del lunes 4 de junio de 2012 cogía el avión rumbo a Florencia con 7 emprendedores más a vivir una experiencia única. No nos conocíamos de nada, pero conectábamos en muchas cosas. [quote align=’right’]La convocatoria se denominaba ‘Visitas Emprendedoras en Grupo’, una iniciativa del Fondo Social Europeo y el Servicio Andaluz de Empleo[/quote]Todos sabíamos lo que era poner en marcha un proyecto de la nada, vivir con la ilusión de que aquello que habíamos diseñado en papel pasara, con el tiempo, a ser una realidad, a crear empleo, a generar riqueza y a aportar nuestro granito de arena para tener una sociedad mejor. Conocí grandes personas, emprendedores andaluces que como yo, buscábamos una manera de salir del desempleo y poder ejercer de aquello que nos habíamos formado.
Los dos primeros días los pasamos en el Cedit-Centro Diffusione Imprenditoriale Della Toscana. Era un centro de apoyo a emprendedores como Andalucía Emprende. Había espacios de alojamiento para las empresas, consultores y gestores que orientaban a los nuevos empresarios. De nuestra visita a este espacio me quedé con la sensación de que en muchos lugares existen personas dispuestas a ayudar a todo aquel que quiera poner en marcha su proyecto.
Los momentos de descanso sirvieron para conocernos más entre nosotros, para visitar la ciudad, para contarnos nuestra experiencia como emprendedores andaluces. Cada minuto que pasábamos juntos nos servía un montón. Muchos de nosotros habíamos pasado por momentos en los que otros se encontraban. Los que habían avanzado más en su empresa nos daban consejos de cosas que a ellos les había ocurrido y que no deberíamos hacer. Fueron estos momentos los más importantes y los que más me ayudaron de todo el viaje. Aunque suene mal decirlo. Durante la visita a Pisa o al Museo Piaggio en Pontedera, nos relajábamos y compartíamos momentos más personales entre nosotros, nos ayudábamos unos a otros con consejos y formas de ver el emprendimiento y los problemas a los que jóvenes emprendedores andaluces se enfrentan día a día.
La segunda parte de la semana se destinó a la visita del 7° Salón Internacional de la Investigación Industrial (R2B – Research to business) que se celebró en los días 6 y 7 de junio en Bolonia, Italia. Estos días nos sirvieron para poder conectar con empresas del país, conocer proyectos que se desarrollaban en ese momento, incluso, algún compañero pudo cerrar citas comerciales. Sin duda, una gran oportunidad y experiencia para los jóvenes emprendedores que empezábamos a movernos en un mercado global.
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