Practicum II: el momento de poner en práctica todo lo aprendido
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Practicum II: el momento de poner en práctica todo lo aprendido

Practicum II: el momento de poner en práctica todo lo aprendido

practicumIICuando llega el momento de hacer el Practicum II, lo normal es que se esté a un paso de terminar la diplomatura. Tres años intensos de lecturas, teorías, ejercicios y exámenes que pasan a reflejarse en el día a día de un centro escolar. El Practicum II es la mejor parte de toda la carrera. Formar parte de un colegio durante tres meses, dar clase a alumnos y que estos te llamen maestro es la recompensa a todas las horas de estudio que hay que dedicar antes de poder llegar aquí.

Mi Practicum fue un poco especial, ya que lo repartí entre el C.E.I.P Bergamín y el Centro de Asesoramiento a la Discapacidad Motora, ambos de Málaga. Una de las cosas que mejor recuerdo era lo que suponía volver a ir cada día a la escuela, ahora como profesor, y disfrutar de la vitalidad y del entusiasmo de los alumnos por aprender. Descubres lo importante que es el Proyecto Curricular de Centro. De este parte todo lo demás: la organización administrativa, del profesorado, las clases.

El Proyecto Curricular del C.E.I.P. Bergamín creo que se podría considerar como todo un modelo a seguir. El colegio se encontraba entre dos barrios, el de la Trinidad, de bajos recursos económicos y con una población intercultural, y el barrio de Nueva Málaga, muy diferente al otro. Esto hacía que el centro contara con un 70% de alumnos extranjeros con nacionalidades diferentes. Además, había 47 niños con necesidades educativas especiales.

En la facultad nos hablan de integración, de que todos somos iguales. Pero es en este centro cuando realmente pude comprobar lo que realmente significaba esa palabra. La mezcla de alumnos rumanos con chinos, árabes, gitanos que jugaban y compartían con  niños con espina bífida,  parálisis cerebral o con alumnos que lo único que tenían era un pequeño retraso en el aprendizaje.

Para mi, la estancia en el Bergamín supuso toda una experiencia para reflexionar sobre qué tipo de educación me gustaría practicar en el aula y cómo podría afrontar situaciones tan diversas como las que ocurrían a diario en este colegio.

Por su parte, el Centro de Asesoramiento a la Discapacidad Motora contaba con un equipo de tres personas para dar servicio a toda la provincia de Málaga. María Victoria Gallardo, psicóloga y pedagoga, María Isabel, trabajadora social, y José, encargado de la adaptación de materiales. De todos ellos aprendí mucho, sobre todo, el sacrificio y el trabajo duro que realizaban para mejorar la vida de muchos alumnos de la provincia a través de la adaptación de materiales pedagógicos y la búsqueda de recursos para atender a las necesidades educativas de los alumnos con discapacidad motora.

Durante mi estancia en el Centro me empapé de todos los materiales que tenían para ayudar a la comunicación de las personas con parálisis cerebral, recursos para la lectura y escritura, para la movilidad, el aseo e higiene personal. Algunos de los materiales que más me sorprendieron fueron los instrumentos musicales y los juguetes adaptados. Muchas veces olvidamos que trabajamos con niños y que estos también tiene que jugar.

La amabilidad de María Victoria era infinita. Cada día nos ofrecía la posibilidad de acompañarla a las visitas que hacía a los colegios y a las familias. Recuerdo una en la que conseguimos adaptar unas escaleras, una mesa y una silla para una alumna con espina bífida. Puede observar el gran cambio de la alumna con la intervención nuestra y lo que realmente suponía el trabajo que se hacía en el Centro.

En resumen, el Practicum II fue lo más gratificante de los tres años de la diplomatura. No sólo por el aprendizaje teórico y pedagógico, sino también por la gente a la que conocí y los momentos que compartí con alumnos y profesores. Todo esos momentos han influido en quién soy hoy y en cómo entiendo la educación.

 

 

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